Marcos Pereira y Ángela Ibáñez son los actores sordos que protagonizan la recién estrenada obra TRIBUS, una propuesta que conmueve y que será accesible para personas con discapacidad auditiva en todas sus funciones. Dirigida por Julián Fuentes y con el texto de la dramaturga inglesa Nina Raine, la obra reflexiona sobre la incomunicación y sus límites en la sociedad actual. En Teatro Accesible, les preguntamos sobre su carrera, su trabajo actoral y la accesibilidad en las artes escénicas.

¿Cómo ha sido el proceso de trabajo con el director Julián Fuentes y con el reparto de TRIBUS?

Marcos: Julián siempre dice  que si el cuerpo no está presente, la palabra no sirve de nada. Y a mí esto me ayuda mucho, puesto que he estudiado teatro físico en la RESAD. Siempre nos pide trabajar desde la honestidad, en el sentido de que cada día y función son diferentes. Con los compañeros ha sido un proceso muy interesante, en la obra actúo sin audífonos y a raíz de  esto, a veces me hablaban y como no los veía, no me daba cuenta. Esta fue una de las cosas que el director quería que ocurriera para ver cómo adaptar los procesos de trabajo y de ensayos para hacerlos más accesibles a las personas con diversidad, y que el trabajo fluyera con mayor facilidad.

Ángela: El director se documentó, pidió asesoramiento de cómo funcionaba el tema de la comunidad sorda y también los compañeros aprendieron lengua de signos. Todo esto me ha dado una sensación de inclusión dentro de este proceso. Además, me ha tocado especialmente porque muchas veces me preguntan la opinión de ser sorda, y siento que mi opinión ha sido importante en este proceso, con lo cual me he sentido muy incluida en todo esto. Ha sido un trabajo muy bueno y muy favorable en ese sentido. 

¿Qué ha significado para ustedes, participar en una obra de teatro que reflexiona sobre los límites del lenguaje y la falta de comunicación?

Ángela: Cuando vimos el guión, también se incluyó el concepto de las personas sordas para usar metáforas…al diferentes lenguajes, la lengua de signos y la lengua oral, pareciera que no puede haber comunicación, pero sí puede. Cuando dos personas realmente quieren comunicarse, hay recursos para ello, el problema de la sociedad es que no sabe cómo escucharnos y cómo nos expresamos. Por eso mismo, en esta familia, por ejemplo,  hay muchos ruidos, hablan muchísimo, pero, ¿Qué es lo que dicen realmente?, muchas veces ese contenido está vacío. Al final de la obra se adaptan a su lengua de signos y hay un esfuerzo real, porque se busca ese esfuerzo para entender al otro, y esa es la metáfora de la obra.

Marcos: Nos podemos comunicar con quien queramos y como queramos, el problema es lo que refleja esta obra. Y es que muchas veces, las personas en la sociedad nos acomodamos a la forma en la que solemos comunicarnos y por pereza o miedo, no estamos dispuestos a buscar otras formas de comunicación.

¿Cuál es para ustedes el mensaje más importante que entrega TRIBUS?

Marcos: Poder hacer llegar el mensaje de la comunicación, porque al fin y al cabo, es verdad que en la obra cobra importancia el tema de la sordera, pero realmente la dramaturga quiso  seleccionar este tema para hacer hincapié en un problema social. La sordera se puede cambiar con cualquier otro conflicto social, ya sea de tipo religioso o racial, cualquier tema se puede aplicar a esta obra. De hecho, mi padre vino el día del estreno y me dijo que lo sentía mucho por no haberme dado la atención o el esfuerzo que necesitaba para aprender lengua de signos, porque él no quería que yo aprendiera lengua de signos. Lo mismo que le pasa a mi personaje, cuando leí la obra, pensé: ”este soy yo”. Es un regalo poder representar a tanta gente y poder reflejarlos y que digan “esto a mi también me ha pasado”.

Ángela: Otro mensaje importante que entrega la obra es la diferencia que existe entre las personas sordas, cada elemento, cada persona, es una historia de cada persona sorda. A esta metáfora de la comunicación se le puede añadir el tema de la aceptación, porque hay familias que aceptan y enseguida aprenden lengua de signos, y otras que no. 

¿Cuál creen que es el mayor desafío que tiene España a nivel cultural para con la comunidad sorda?

Marcos: Para el público sordo, es el tema del subtitulado, porque hay muchos teatros donde hay solo dos o tres días funciones accesibles para personas con diversidad. Creo que tenemos que quitarnos la barrera de que los subtítulos son solamente para personas sordas, porque también pueden ser útiles para personas que están aprendiendo español, o incluso para los oyentes que vienen a ver TRIBUS, porque cuando hay tanto ruido, se apoyan en los subtítulos para no perderse frases.

Ángela: Creo que debería haber más lengua de signos y actores que interpreten en lengua de signos, obras bimodales. Yo vivo también en Francia, y hay muchos espectáculos bilingües, donde está el oyente al lado, haciendo la interpretación, y creo que aquí también se podría hacer. Creo que es posible que haya más actores sordos y con ello, habría también, más público sordo y una cultura más accesible. El problema del subtitulado es que si comparamos la lengua escrita con la oral, es muy distinta, entonces a veces el subtitulado ayuda y otras veces no, porque hay ocasiones donde no se entiende toda la parte conceptual. Además, es importante que el subtítulo se trabaje de forma anticipada y se haga en el mismo momento en el que se crea la obra, de esta manera se evitaría luego los dilemas de dónde se colocan los subtítulos y cómo adaptarlos a la escenografía. Nosotros en TRIBUS ya lo teníamos integrado desde el principio y se nota mucho.

¿Siempre se han dedicado a las artes escénicas o han explorado otras profesiones u oficios?

Marcos: Yo me quise dedicar a las artes escénicas desde que comencé a hacer teatro con cinco años. Si bien hubo un momento en mi adolescencia que dudé más, porque empecé a hacerme preguntas sobre si sería muy duro por ser sordo. Al final me presenté a las pruebas de acceso de la RESAD, al principio hubo un poco de duda, porque era la primera persona sorda que se presentaba, pero opté por el teatro físico, y les demostré que quien quiere, puede. 

Ángela: Yo, al contrario, de pequeña me encantaba el teatro pero lo veía imposible, y más todavía profesionalmente. Empecé a actuar por hobby, en asociaciones o con amigas, luego estudié Derecho, hice un Máster y trabajé en la Fundación Universia, y entonces, surgió un taller de teatro accesible con intérprete y me inscribí. Estaba super a gusto, y a partir de ahí se desencadenó todo hasta ahora. Estoy super contenta, este es mi sueño y vocación, lo veía tan difícil pero finalmente lo he logrado.

¿Suelen ir al teatro?, ¿Qué buscan cuando van?

Ángela: Intento ir al teatro, pero voy poco porque son muy limitados los días que me dan accesibilidad y esto ya es un condicionante. Cuando voy, quiero disfrutar, pero muchas veces no lo consigo porque el subtítulo está muy alto, o porque los actores hablan muy rápido. Sinceramente, cuando voy y hay lengua de signos, intento ir siempre. Para mí esto es una necesidad y no lo tengo, no es fácil.

Marcos: Yo también suelo ir al teatro pero me pasa lo mismo que a Ángela, el tema del subtítulo es muy complicado. Suelo ir siempre a un teatro más físico, donde hay más énfasis en el cuerpo que en el texto. Porque creo que con el cuerpo se puede contar lo mismo que con la palabra. entonces al ser  sordo, me llega mucho más lo que pueda permitirme visualmente, que oralmente. 

¿Cómo suelen preparar sus personajes antes de estrenar?

Marcos: Desde lo físico, es lo que he aprendido y es la mejor manera que tengo de expresarme. Concretamente para TRIBUS, como en mi vida diaria uso los audífonos, quise empezar los ensayos sin ellos, incluso, en algunos momentos en mi casa o en la calle pasaba un día entero sin audífonos para comenzar a encontrar las sensaciones y la expresión del personaje. Y es verdad que al perder un sentido, se refuerzan los demás, entonces estás más pendiente de la vista, de la corporalidad,  mucho más alerta. 

Ángela: Dependiendo del personaje tengo formas distintas de trabajar. En la obra Cáscaras Vacías el constructo de mi personaje tuvo mucha improvisación, hacía ejercicios de improvisación y a través de ellos, comencé a crear este personaje. Luego, en Madre Coraje, al ser una personaje oyente, tuve que aprender mucho de ellos, las formas de moverse, todo muy visual. Y por último en TRIBUS, al ser una oyente que está perdiendo el oído, trabajé con una chica que se está quedando sorda. Aproveché esa tesitura para informarme sobre sus sentimientos, porque al principio no entendía al personaje, ¿Por qué iba en contra de la comunidad sorda?, hasta que entendí que no era un rechazo hacia la comunidad sorda, entendí lo duro que podía ser perder el oído cuando eres oyente y cómo te puede llegar a molestar el ruido. En cuanto a las emociones, no suelo practicarlas, prefiero hacerlas directamente aquí, al natural, dependiendo de lo que mi compañero me entrega.

¿Qué tipo de temas son los que más les interesan a la hora de involucrarse en un proyecto actoral?

Marcos: Cualquier tema social o que pueda provocar algo en el espectador de hacerle pensar más allá de sus ideales, para mí es clave. Pero si es una obra de entretenimiento puro y duro en el que el actor simplemente sale contento y relajado de pasar un buen rato, pues también es satisfactorio porque es un trabajo bien hecho. 

Angela: Ahora tengo muchas ganas de aprender cosas nuevas, teatro de movimiento de cuerpos, y de marionetas. Quiero tener experiencia en eso y en teatro bilingüe. En general, creo que todos los proyectos son nuevas formas de aprender, con compañeros y directores distintos. 

Después de Tribus, ¿Están desarrollando algún otro proyecto artístico?

Marcos: Mi siguiente proyecto se llama Llegar hasta la luna y se enmarca dentro del festival Una mirada diferente. Es una obra que habla sobre la diversidad, la violencia y la gestualidad. Los temas más tabúes de esta sociedad que  se reflejan en este taller que hicimos el verano pasado, en el que ahora también se ha creado una dramaturgia y donde estamos con más actores con diversidad para demostrar que ser diverso, no te hace menos profesional. Somos tan válidos como cualquiera.

Ángela: Hace poco fui escogida para Calígula ha muerto en el Teatro María Guerrero dirigido por Marcos Paiva en una co-producción portuguesa y española. Eso es todo lo que puedo contar por el momento.

Entrevista en formato accesible

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