Eres actriz y bailarina ¿En qué momento decides formarte como intérprete de lengua de signos y guía intérprete de personas con sordoceguera y por qué?

La lengua de signos siempre me llamó la atención, me quedaba embelesada. De pequeña era muy tímida, hablaba muy poco y veía a las personas sordas, y decía, ¡Guau!, este es el sistema ideal para comunicarnos en la distancia, muy atractivo y muy placentero. Empecé con el teatro de muy jovencita, y hubo una época en la que estaba buscando una comunicación verdadera, y pensé que las personas sordas se comunican de una forma más verdadera porque el cuerpo tiene más significado que las palabras. Me apunté a un curso muy básico a los 15 años y luego, emprendí esa búsqueda de la verdad en la comunicación.

¿Quieres decir que el cuerpo es capaz de comunicar más que la palabra?

Flora Davis decía que solo el 35% de una conversación es verbal, el resto es una comunicación no verbal, solo que no nos atenemos a toda la información que nos da el cuerpo.

¿Dónde fue tu formación?

En la asociación del Puerto de Santa María, en Cádiz. Un día estaba en la asociación, llaman del ayuntamiento, porque necesitaban a alguien y lo hice yo. Me pareció muy satisfactorio, y luego hice el ciclo superior. Yo entré sabiendo lengua de signos y eso me hizo tener mucha facilidad. Yo estudié danza, lo que me da otra flexibilidad, todo el estudio de la expresión corporal y más facilidad a la hora de expresarse corporalmente. La lengua de signos tiene un componente corporal que es evidentemente expresivo. Así, poco a poco fui combinando las artes escénicas con la lengua de signos. La lengua de signos es una danza, es algo muy bello. A mí también me interesa la lengua de signos como lenguaje escénico.

Has comentado en otras ocasiones que te gusta hacer arte de la lengua de signos

En otro momento monté, junto con Raquel Camacho, “Cada átomo de mi cuerpo” que es un biblioscopio sobre Hellen Keller, la primera mujer sordociega en conseguir estudios universitarios y la primera en visibilizar este colectivo de personas sordociegas.

Gracias a la historia de Hellen Keller, que difundió que las personas sordociegas pueden aprender a hablar, a estudiar y a desarrollarse como personas independientes.

Empecé con la creación coreográfica de sistemas de comunicación. Me gusta adaptarlo al arte, que no se quede solamente en el componente estático de la intérprete. Como soy actriz, mi cabeza creativa va por otros lares. Si la palabra “idea” se tiene que decir, por qué no danzarla, y hacerte vibrar a través de lo que un impulso de los dedos y la belleza de unas manos moviéndose en el espacio te dan.

Hace poco participaste como intérprete de lengua de signos en la obra sobre la guerra, “Humanidad” en el Teatro Circo Price. ¿Cómo fue esta experiencia y el proceso de preparación?

En este caso, para mí ha sido una satisfacción muy plena usar la lengua de signos no solo como intérprete, porque al igual como vemos obras donde hay intérpretes que hablan en inglés y alemán, por qué no va a estar la lengua de signos que en sí misma ya es una danza. Me ofrecieron el personaje del espejo de Goya y fue muy satisfactorio poder hacer texto hablado y lengua de signos. Al tratarse de un texto tan poético, ha sido un reto el interpretar ese lenguaje, la visión de la guerra y demás, intentando mantener el significado que le da la autora, que en este caso era María Folguera.

Luego, esa abstracción de la sordera posterior que tuvo Goya, me pareció muy hermoso mostrar ese elemento simbólico, algo que aconteció en el futuro, verterlo. Me lo preparé basándome mucho en el texto e intentando respetarlo lo máximo posible, para que no se deformara la poética de la obra.

¿Desde el inicio se tuvo la intención de incorporar la accesibilidad en esta obra?

La propuesta de María Folguera era que tuviese una intérprete y que fuese accesible con subtitulado y audiodescripción. Querían una intérprete al uso y hay mucha gente que dice que despista. La mayoría de las personas sordas trabajan más el sentido de la vista, porque es por donde te entra el mundo, entonces tienen más rapidez y amplitud del campo visual. La directora, Raquel Camacho, decidió incorporarme a mí que soy actriz e intérprete.

¿Cuáles crees que son los principales mitos que rondan a la lengua de signos en España?

Para empezar, poca gente la denomina como lengua de signos, mucha gente dice lenguaje de signos. La gente habla de “sordomudos”, que es muy vejatorio. Hay gente que no entiende que no haya una lengua de signos universal, algo que es obvio.

¿Estos mitos se extrapolan al sector cultural a la hora de evaluar que una obra tenga interpretación en lengua de signos?

El no rotundo de entrada suele ser por la creencia de que es un elemento que distorsiona, porque consideran que puede interferir con la puesta en escena. Lo hermoso sería que se incluyera. No todas las personas tienen un buen nivel de lectura, hay un gran índice de analfabetismo funcional. También hay que entender lo heterogénea que es la comunidad de personas sordas y hay un desconocimiento general respecto a eso.

¿Cómo ves el futuro de la accesibilidad cultural en España, específicamente para personas con discapacidad auditiva? ¿Cuáles son, a tu juicio, los principales desafíos?

Como mínimo, debiesen estar subtituladas las obras. Porque actualmente son muy pocas las obras con subtitulado, entonces no hay libertad de elección, una persona sorda no tiene libertad de elección a la hora de elegir funciones accesibles. También hay mucha gente que pierde la audición, no solo las personas sordas signantes. Por lo menos en los principales teatros nacionales y públicos, debiesen ser accesibles todos los días, porque una persona sorda tiene el mismo derecho que yo y que tu de ir al teatro cuando quiera.

¿Quiénes son tus referentes en cuanto a compañías que integren la lengua de signos, intérpretes o países que estén más desarrollados en el ámbito de la accesibilidad cultural?

En Francia se empezaron a hacer festivales de arte y cultura sorda. Yo participé en el mundial que hicimos en Roma con una coreografía de flamenco con bailarines sordos. Interpretaba el sonido de la guitarra y ellos bailaban a través de las vibraciones, así les enseñé la estructura del flamenco. En España también hay festivales de cine y de humor dirigido a la comunidad sorda. Sin embargo, todo es por y para las personas sordas, pocas veces el público oyente asiste como parte de la cultura, como podemos ir a un concierto de música clásica o a un teatro en verso. Como referentes, he ido consultando a lo largo de la vida a Emmanuelle Laborit, una actriz francesa que fue una de las primeras actrices sordas que veíamos en cine. Tengo compañeros que son poetas en lengua de signos, Miguel Ángel Sampedro, fue una de las primeras personas sordas que se licenció en filología hispánica. Hizo su tesis sobre la poesía en lengua de signos. En cuanto a obras, está Calígula murió. Yo no , Tribus y Cáscaras vacías,  a mí me interesa que la lengua de signos pueda tener cabida como lenguaje escénico.

¿Cuáles son tus próximos proyectos?

Ahora comenzaré un proyecto en la Academia de Cine, de un personaje que signa, y que escucha pero no quiere hablar. También tengo mi proyecto personal que tiene que ver con todos los lenguajes que acechan mi cabeza. Veo el mundo de las manos, desde un punto de vista más personal y estoy escribiendo sobre eso. Yo dirijo e interpreto.

 

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